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«La pregunta que vuelve una y otra vez a lo largo de la novela, con una insistencia reveladora, es si el pasado ha quedado efectivamente atrás, si ha sido realmente superado, o si puede regresar y continúa presente entre los vivos como una demanda que pesa sobre ellos» (María Guadalupe Silva)«Marcas en las paredes, libros subrayados, cicatrices corporales y páginas rasgadas empujan a estas criaturas de Ponte atrás en el tiempo, hasta la Inquisición, mientras cruzan un fascinante espacio de decadencia y de correspondencias» (Jacqueline Loss)Antonio José Ponte (Matanzas, 1964) es narrador, poeta y ensayista. Ha publicado, entre otros, los volúmenes de poesía Asiento en las ruinas (2005), los ensayos de Un seguidor de Montaigne mira La Habana (1995), Las comidas profundas (1997), El libro perdido de los origenistas (2002) y Villa Marista en plata (2010), y las novelas Contrabando de sombras (2002) y La fiesta vigilada (2007). Cuentos de todas partes del Imperio (2000) y Corazón de skitalietz (2010) recogen la mayor parte de sus relatos. Reside en Madrid y es vicedirector de Diario de Cuba.
Como buen celador de museo me interesan menos las obras que su disposición. Así que ejerzo menos la crítica literaria que la biografía. Evito así, ante la obra literaria, el comentario deportivo de televisión que narra la jugada como si los televidentes estuvieran escuchando radio. Me intereso menos por la intransferible obra de cada escritor que por sus figuras. Biografía es estudio de espacio, y las páginas de El libro perdido de los origenistas se ocupan de eso que ha dado en llamarse la «posición del escritor»: proponen, aunque desdibujada, una ética.En un poema que narra una partida de ajedrez (y la relación) entre Rimbaud y Verlaine, Conrad Aiken escribió estos versos: «And all reported by a later lackey,/ Whose virtue is his tardiness in time». Las páginas de este libro se ocupan de Martí y de Casal, de Piñera y de Lezama Lima, de Vitier y de Diego. Y, menos hermosamente dicho que en Aiken, todo ha sido relatado por un lacayo ulterior, cuya virtud es su tardanza en el tiempo.A. J. P.Antonio José Ponte (Matanzas, Cuba, 1964). Ha publicado poesía, ensayo, cuentos y novela. Ha trabajado como ingeniero hidráulico, guionista de cine y profesor de literatura. Reside en Madrid desde 2007. En 2005 la editorial Anagrama publicó su novela La fiesta vigilada; sus cuentos aparecen recogidos en Un arte de hacer ruinas y otros cuentos (Fondo de Cultura Económica, México, 2005).
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