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Lo que faltaba, una obra de actualidad, un bosquejo sobre las vivencias de los pequeños poblados de nuestra patria que sufrieron el flagelo de la mafia, de los grupos subversivos y de la delincuencia común. Una manera de abordar la historia no contada por temor a ser un desaparecido más, un objetivo militar o ponerse en la mira de los fusiles oficiales o de los administradores del hampa, escudados en una bandera ideológica que enarbolan enhiestos, pero que es sólo eso una bandera. No se respetan los ideales. Cometen atropellos, violaciones en todo el sentido de la palabra, asesinan a mansalva, cometen todo tipo de atrocidades y por aquí no ha pasado nada. Roban, asaltan, desalojan a los campesinos de sus tierras, sientan allí su poderío y como reyes se pasean por todo el territorio nacional e internacional, y aquí tampoco ha pasado nada... La patria empieza a enfermarse... si sucumbe ante estos tres enemigos ¡Quién pondrá una flor en su tumba! ¡Quién clavará una cruz en su sepultura...!
La obra muestra, en la vida de una familia pueblerina, cómo hay unos elementos y costumbres que son los ejes, al rededor de los cuales giran los intereses de una sociedad de consumo que es puramente dependiente de ellos; estos elementos son esas deidades, a medida que se van imponiendo unas nuevas, se da la obsolescencia escalonada de la viejas que van derecho al sepulcro de las páginas de la Historia. Aquí se toca de una manera rápida la influencia de las tecnologías en el cambio de mentalidad de la sociedad debido a las continuas variaciones de la realidad del entorno. Así pues querido lector que se vaya preparado para el disfrute, a través de un cuento, quiénes son estos dioses, cómo sucumben y dónde son sepultados. Ahí está ese monstruo con las fauces abiertas listo para tragarse los divinos despojos y sepultarlos en sus entrañas. Soy la tumba de los dioses. ¡Soy la Historia!
Es otro de mis trabajos poéticos en el que presento tres tipos de poemas: los sencillos que comprenden diferentes técnicas como piezas poéticas elaboradas con estrofas de tres versos o tercetos, los hechos en cuartetos, los construidos en quintillas (de cinco versos) en sextetos, nono o eneasílabos (de nueve sílabas fonéticas) y décimas. Como puede verse es bueno mostrar la obra en diferentes presentaciones. Así el lector no se encuentra con lo monotonía en el camino del poema, en el sendero de los versos.Espero, mis queridos lectores amantes de su majestad el poema, disfruten de mis cardos líricos, el buen sentido del verbo, el homenaje a la palabra porque es magia, la verdad hecha milagro. Convierte el dolor en alegría, la tristeza en agonía, la acaba y, lo más importante convierte las penas en fiesta. Es capaz de hacer de una congoja un verso, del dolor un canto, de la angustia el arte, para la mente un reto, para el alma alimento y para la muestra un botón.
La obra consta de tres partes de acuerdo al tipo de poema, según sea su grado de elaboración y su sentido místico. Abrojos:Poemas variados, es la primera parte y consta de noventa poemas. Es una colección de poesías de carácter romántico, picante, le cantan al dolor, a la angustia, a la tristeza y a la muerte. Las filigranas: son poemas que presentan algún grado de dificultad en la arquitectura de la pieza poética, como en joyería son verdaderos joyeles de fina elaboración. Se presentan veinte poemas.Y poesías místicas: se presentan otras veinte, son poemas de orden religioso o místico.Pero bueno, no más cháchara y vayamos al grano, con esta obra hemos cumplido con depositar, en brazos de la Historia otra cuota de amor a la Cultura, Cultura que nos ha permitido poner en sus anaqueles un puñado de recuerdos que serán objeto de reposo en el corazón de la Historia.
Otra modalidad que me he ideado para hacer del verso una obra más interesante es el multidireccional, se puede leer en cualquier dirección: ""Gloriosas campanas tañed"", diría: ""Tañed campanas gloriosas"" En estas condiciones se hace más activa la lectura. Es esta una nueva forma de hacer poesía.Cada obra tiene su sabor según el tema. Los hay picantes: Se caracterizan por su picardía o suspicacia. Tienen un contenido jocoso, son divertidos. Los dulces presentan aquel sabor del beso que se da o se recibe con infinita ternura o van cargados de placer o tienen el toque romántico que pone al corazón en aprietos. Los poemas amargos tienen el sabor de la angustia, del dolor o de la muerte. Y los ácidos tienen el característico poder de hacer salivar, ya sea de angustia o de pesar. Pero vamos bien, produciendo versos a lo loco para lanzarlos, como somníferos dardos, a un exquisito blanco que los espera, ansioso para albergarlos en el alma y experimentar en ella la sensación enervante, embriagadora del poema.
La obra narra hechos que viven en nuestros pueblos incrustados en las laderas montañeses, de la geografía de un país en vía de desarrollo. El qué hacer cotidiano, la falta de empleo, la ausencia de recursos económicos, que aunque las administraciones tengan muy buenas intenciones, sin el factor dinero es muy difícil sacar adelante a un pueblo que está lleno de esperanzas. Un puñado de habitantes que espera de su administración las mejores decisiones en bien de la comunidad. Esperan administraciones pulcras. ¿Cómo es la de su pueblo? Esto fue lo que llevó a aquella pequeña población a su destrucción, a su inesperado suicidio sin pensarlo. La sombra de su destino mismo los cubrió para siempre quedando sepultos en su propia historia.
Versos y más versos, todos ellos reversibles o regresivos, para que pueda hacerse interactivo. Los poemas escritos con esta técnica o con este formato se vuelven interesantes porque ponen al lector a descubrir nuevas interpretaciones. En cuanto a la clasificación de los poemas, he escogido, esta vez, una nueva alternativa: los sabores. Cada obra tiene su sabor según el tema. Los hay picantes: presentan cierto sabor a ají por su picardía o suspicacia. Tienen un contenido jocoso, son divertidos. Los dulces presentan aquel sabor del beso que se da o se recibe con infinita ternura o van cargados de placer o tienen el toque romántico que pone al corazón en aprietos. Los poemas amargos tienen el sabor de la angustia, del dolor o de la muerte. Y los ácidos tienen el característico poder de hacer salivar, ya sea de angustia o de pesar.
Es esta una nueva forma de hacer poesía, con el sello de reversibilidad y una nueva alternativa: los sabores. Cada capítulo tiene su sabor según el tema... Los picantes: cierto sabor a ají por su picardía o suspicacia, tienen un contenido jocoso, son divertidos. Los dulces: el sabor del beso que se da o se recibe con infinita ternura o van cargados de placer o tienen el toque romántico que pone al corazón en aprietos. Los amargos: el sabor del dolor o muerte. Los ácidos: con el característico poder de hacer salivar, ya sea de angustia o de pesar. El objetivo es producir versos a lo loco, para lanzarlos como dardos, al exquisito blanco que los espera ansioso, para recibir la sensación embriagadora del poema.
En esta obra literaria constituida por 140 piezas poéticas, se tocan temas variados, y en su gran mayoría son poemas reversibles o regresivos, que pueden leerse empezando por el último verso y terminando con el primero. Al final aparecen algunos poemas con una característica especial que los convierte en piezas exclusivas. Recordemos que la intención es recrear, recrear y recrear por encima de cualquiera otra idea que se tenga a mano. Uno lee una novela y ya. Asunto arreglado. Se hacen los comentarios pertinentes pero ya la obra quedó liquidada. En poesía no. El asunto aquí es distinto. Leemos un poema, lo volvemos a leer y otra vez, y luego otra y cada vez le encontramos algo nuevo. Muchas veces nos los aprendemos de memoria. Entonces queda demostrado que cada poema tiene la función de recrear. Espero que cada poesía cumpla con la función para la cual fue creada y que el lector se deleite saboreando y ensayando las múltiples maneras de leer, releer y releer.
Pensando, una vez más en los lectores, entrego una nueva publicación de poemas... la temática es la misma: romántica, social, filigranas, religiosa y fatal. A lo largo de la obra el lector encontrará un común denominador: "luz". Y es que ella tiene su secreto: por pequeña que sea siempre, pero siempre brillará, con su propia intensidad en la oscuridad más espesa, negra e infinita. Esta vez, por alguna razón que se me ocurre, no clasifico los poemas como en las obras anteriores. Solamente separo los poemas normales de aquellos que tienen algún grado de dificultad como son los poemas dobles y múltiples. El orden en que aparecen lo define la fecha de creación de la pieza poética que se presenta. Es verdaderamente un reto concebir un libro de 140 poemas en 83 días. El primero fue elaborado el 2 de octubre del 2014 y el último el 23 de diciembre del mismo año. Vale la pena destacar que la mayoría de los poemas son reversibles o regresivos.
En el universo se mueven energías que alteran el comportamiento de la materia como el desplazamiento, el cambio de dirección; el comportamiento de un cuerpo es diferente si está sometido a un campo magnético. Lo mismo ocurre con el cuerpo de un ser vivo, la chispa de la vida no es definible, se puede evidenciar pero no se puede explicar, de lograrlo se podría producir vida. Un concepto sobre algo se sabe que ahí está. ¿En la mente? ¿En cuál mente? ¿Qué es la mente? Se supone que en el cerebro. En el aparato mental. ¿Qué es el aparato mental? Bueno no nos quedemos haciéndonos preguntas que tal vez no tengan respuestas, vayamos al grano. No viene al caso entrar a polemizar si hay más allá o no hay más allá, si los muertos vuelven, si los espíritus existen o no, limitémonos a describir una serie de acontecimientos que son de la vida real. Hechos sucedidos en una finca de la vereda de Burgos del municipio de Concordia al suroeste antioqueño.
Esta es la historia de una familia clásica antioqueña, de paisas en el mejor sentido de la palabra. Empieza por allá a finales de la primera mitad del Siglo veinte cuando contraen matrimonio la distinguida María Leticia Londoño Posada y el finquero y distinguido arriero don Libardo Blandón Mejía Se conocieron en Concordia, un pequeño pueblo anclado al suroeste de Antioquia, tierra cafetera por tradición. Doña Leticia es hija de Don Lorenzo Londoño y la distinguida señora Micaela Posada, y don Libardo es hijo de Eleazar Blandón y Clementina Mejía. Vivían en la vereda de Burgos en una finca de su propiedad llamada "La Rocabra". Estaba Leticia de paseo en el pueblo y allí conoció a Libardo; después de muchos ires y venires del destino se casaron y tuvieron diez hijos. Todos muy diferentes y distantes entre sí; sólo los une la misma chispa y los mismos apellidos, apellidos que llevarían orgullosos por el resto de sus vidas.
Apreciado lector: pensando nuevamente en usted, me he puesto en la tarea, una vez más, de sacar adelante mi cuarto libro de poemas; libro que como el anterior tiene su sello propio, la temática. Quiero anotar que ha sido un verdadero reto concebir este libro; el primer poema fue escrito el 5 de agosto del presente año y el último el 30 de septiembre. Como se puede observar en, exactamente 55 días, escribí los 130 poemas que constituyen la obra. El lector lo podrá constatar mirando las fechas que aparecen en cada poema. De la misma manera, he resuelto que como el tercero, los poemas sean clasificados del mismo modo, utilizando los mismos parámetros, los colores en gama del blanco al negro, teniendo en cuenta el brillante y el transparente.
El atardecer es el umbral entre el día y la noche, por eso he titulado estos poemas "Fulgores al Atardecer", pues si la noche precede al día, la oscuridad a la luz, y siempre habrá fulgores que iluminen ese umbral, ese puente o túnel luminoso, que llamo portal de fuego. A lo largo de la obra el lector encontrará un común denominador: "la luz". Y es que ella tiene su secreto, por pequeña que sea siempre brillará con su propia intensidad, en la oscuridad más espesa, negra e infinita. Entre los poemas brillante se catalogan los poemas Reversibles, que se pueden leer de abajo hacia arriba, los 9x9 que se destacan por tener estrofas de 9 versos cada uno con 9 sílabas fonéticas; Los poemas transparentes tienen alguna censura, que aquí la pierden, y son de carácter ingenuo; Los poemas blancos plantean situaciones románticas, sociales o de tristeza; Los poemas grises se refieren a situaciones críticas, en donde está en juego la vida; Los poemas negros tienen que ver con la muerte.
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