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We are witnessing today women being elected as presidents or prime ministers, women that have been awarded Nobel prizes, that perform exceedingly in sports winning Olympic medals, women that excel in art, that have defended the rights of the oppressed, that have gone to space, that are active in politics and are CEOs of businesses and corporations. Women today are found in the most di¬ cult jobs such as urgency paramedics, workers in heavy machinery factories, and in the construction of skyscrapers; they are in research laboratories or as members of toxic materials management teams. is was not the scenario 175 years ago. On the contrary, women since the cave times until the dawn of the twentieth century have been oppressed by the fact they were born as women. Social, cultural, economic, and political roles defined by men in those times obliged women to stay at home raising children, without being allowed to aspire to play a significant role in the development of the economic, civic and religious life of their communities. The explosion of women participating today in the social, political, and economic arenas of the advanced countries might give the impression that this was their situation in the past. Not true. is modern movement of women engaged in a tenacious struggle for equality with men has given them unquestionable victories, and a powerful consciousness of their role in the unfolding of a new and powerful history. Their victories, in many occasions, were acquired in open confrontation with men who did not want to accept they had inherent rights. It has been a slow process that has demanded extraordinary e ort from women all over the world. We are just beginning to witness the potential that women have, and we can foresee the brilliant future they are going to create for humanity. Appreciating, defending, and promoting this evolution is an invitation to participate with them in this extraordinary journey destined to be a magnificent stage of evolution for the benefit of all of humanity.
Authentic sacred books possess a compelling interior force that seems to open a channel of communication between this dimension of human existence and the transcendent. They have been for thousands of years the depositories of a divine wisdom and language that is not found in other type of literature.Their imperishable richness is not void of an individual and collective effort of interpretation of what those texts authentically mean. How much of the literal text is a historical account of events that happened beyond recorded time? How much of it is symbolic language that defies literal interpretation? What ethical and moral foundation do they offer as guidance for humanity's spiritual development?The ultimate question to find answers to these questions is, Who has an authoritative interpretation of those sacred texts that is truthful and accurate? This is the objective of this book-an exploration on who has such authority and how it has been manifested in past religions.
Hoy, en el mundo occidental, hemos sido testigos de mujeres que son elegidas presidentes o primer ministro; de mujeres que han ganado premios Nobel, que sobresalen en los deportes ganando medallas olímpicas, que son excelentes en todas las áreas del arte, que han defendido los derechos de los más débiles y sin voz, que han escalado montañas y están activas en la política. Las mujeres hoy día se encuentran en los trabajos más arduos como son las paramédicas de emergencias, las obreras en las fábricas de maquinaria pesada y en las construcciones de rascacielos; en los laboratorios de investigación, o como miembros de equipos que manejan materiales tóxicos. Pero este no era el panorama 175 años atrás. Por el contrario, las mujeres desde la Edad de Piedra hasta los albores del siglo XX, han estado oprimidas por el solo hecho de ser mujeres. Los roles sociales, culturales, económicos y políticos, definidos por los hombres de esas épocas, obligaron a la mujer a quedarse en el hogar criando a los hijos, sin poder aspirar a jugar un rol de envergadura en la construcción de la historia. La explosión de las mujeres que participan hoy día en la vida social, política y económica de los países avanzados da la impresión de que ese pasado, dejó de existir. No es verdad. Este nuevo movimiento de las mujeres, que ha alcanzado victorias indiscutibles y les ha brindado un rol consciente de su papel en el desarrollo de la historia de la humanidad, ha sido un proceso muy lento que ha demandado mucho esfuerzo de parte de ellas. Apenas estamos siendo testigos del potencial que las mujeres tienen y el brillante futuro que han de crear para la humanidad. Apreciar, defender y promover esta evolución es la intención de este libro.
A lo largo de nuestra vida oimos, de parte de muchas personas (padres, amigos, profesores), que continuamente nos dicen que usemos el sentido común, que para eso lo tenemos, para discernir lo que nos conviene hacer. Sin embargo, son pocas las veces que nos explican a fondo, en qué consiste el tal sentido común y cómo se desarrolla. Con frecuencia nos quedamos en la penumbra de cómo se aplica el sentido común a la vida práctica, a las decisiones claves que nos vemos afrontados a hacer a lo largo de la existencia. Y lo más doloroso es constatar que no aprendemos lo que debemos aprender de las experiencias vividas dejando al sentido común sin desarrollo ni fortalecimiento y anulando su capacidad de guiar acertadamente nuestra toma de decisiones claves. La mejor manera para lograr entender cómo es que el sentido común opera en la realidad es analizando múltiples momentos del desarrollo personal que exigen la presencia de dicho sentido común. Intentemos un abordaje de fondo para ver el sentido común en plena acción en la vida diaria de manera que entendamos cómo puede ayudarnos a hacer las elecciones correctas. Eleciones que sirvan para nuestro crecimiento personal y el de las personas que nos rodean, de manera que logremos expresar lo mejor de nosotros mismos y manifestemos el potencial para el cual hemos nacido.
¿Quién no ha experimentado momentos decisivos en su vida? Momentos existenciales que han cambiado el ritmo de la existencia, modificando los objetivos por alcanzar, cortando dramáticamente relaciones personales apreciadas y amadas; momentos que han obligado a cuestionar las creencias que se creían sagradas y perennes; momentos que han obligado a revisar cuáles son los valores en los que se cree, momentos que han obligado a hacer cambios radicales en lo que queda por vivir. Estos momentos son únicos e irrepetibles. Por eso es necesario capturarlos de alguna manera y volver sobre ellos para revivirlos y encontrar de nuevo el sentido de la vida que tantas veces se nos opaca. He aquí algunos de esos momentos vividos con intensidad, con pasión y con sinceridad. Esperamos que alguno de ellos estimule en el lector recuerdos e imágenes que creía haber olvidado.
Las grandes preguntas existenciales que han acompañado al hombre a través de la historia no son más que un puñado. Pero son tan persistentes que trascienden cualquier época histórica, la cultura donde se hacen esas preguntas, el país que cobija esa cultura, y las tradiciones que la sostienen. Los pensadores de cada nueva generación las toman y las repiensan desde otro ángulo, desde otra perspectiva, con nuevos elementos de juicio dando como resultado respuestas frescas a estas perenes preguntas.Este ensayo filosófico es un esfuerzo de exploración de una de esas grandes preguntas: ¿Por qué continuamos repitiendo los mismos comportamientos una y otra vez (muchas veces expresados como errores, o como comportamientos negativos) como si no hubiésemos aprendido nada de aquellos que nos precedieron?Ensayaré responder a esta pregunta que se repite en cada ciclo de pensadores tratando de hallar una respuesta más satisfactoria que las que he recibido de mis maestros. Creo firmemente que lo que importa no es lo que los demás han dicho, ni cómo lo han dicho, sino el esfuerzo individual de reflexionar sobre las mismas preguntas buscando respuestas más aceptables que las recibidas. Este esfuerzo es lo que construye la visión personal de la vida, su sentido y la búsqueda última de las respuestas inacabadas sobre las preguntas que nunca terminan.
¿Es la realidad lo que vemos a primera vista? Esta puede sonar a una pregunta ociosa. Pues claro que lo que vemos, aun por primera vez, es real. Cualquier objeto que entra dentro de nuestro campo de percepción es un elemento más de la realidad. La realidad en ese sentido es objetiva, mensurable, con peso, con densidad, con características de vida o de materia inerte, sólida. ¿Pero, es esa la realidad completa? O cabe preguntar, ¿hay otros niveles de realidad que son igualmente válidos, igualmente reales a aquel que es observado a primera vista? Cuando hacemos esta pregunta, caemos en cuenta que tiene sentido, porque si algo nos ha enseñado la ciencia, es que la realidad de las cosas y de las personas, la realidad completa, no es aquella que vemos en un primer momento, no es la que percibimos externamente. Basta con escrudiñar lo que hay debajo de la superficie y se comienza a develar todo un mundo de realidad escondida. Por lo tanto, es mejor no hacer juicios finales sobre lo que percibimos en un primer momento como 'realidad objetiva' porque lo más seguro es que su realidad interna es muchas veces más rica y compleja que la realidad externa. Una pregunta casi siempre abre la puerta a otras preguntas. Si lo afirmado es verdad, inmediatamente uno puede preguntar, ¿Si estos otros niveles de realidad existen pero no los puedo simplemente ver, cómo se integran al nivel de lo que si veo y puedo constatar? ¿Por qué es importante para mí darme cuenta de estos niveles adicionales de la realidad, si ya el primero es más que suficiente para desempeñarme en la vida? ¿Quiénes somos y por qué somos así? Esta pregunta nos adentra inmediatamente en el campo del sentido, del por qué de las cosas, eventos y situaciones. Es otro nivel de la realidad personal que es necesario desglosar si de alguna manera queremos obtener el retrato completo de lo que decimos que es real. Esa es la intención de este ensayo, pasearnos por los diferentes niveles de la realidad objetiva y subjetiva, para adquirir una perspectiva holística de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos de manera que podamos apreciarlo y aceptarnos en nuestra diversidad, respetarlo y darnos el espacio personal necesario para vivir; cuidarlo y compartirlo con los demás que vivimos en él.
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