About El proveedor de desvaríos circulares
Quemnonessia no está en la geografÃa, está en el lugar de la fantasÃa -parafraseando al clásico de Cristina y los Stop de la década del prodigio español- ya que en Quemnonessia convergen hermanados rock and roll y polka, caviares y coca colas, Betty Boop con Máshinka, Ronald Reagan con Gorbachov, Illinois con Bratislava... ¡rarezas en el escenario de dimes y diretes con Ucrania, inminente tercera guerra mundial y otras yerbas...! Todo lo cual se me ocurre para explicar el hÃbrido de filosofÃa y sapiencia oriental con cÃvica medieval de que hace gala quien inventó estas historias...
Al sitio fantástico te llevan unos textos que hacen derroche de filosofÃa y moralidad ciudadana, construidos sin altas pretensiones formales, pero con un derrotero sagaz definido hacia la evaluación de la conducta de los gobernantes, donde en un momento catársico se dice: Te voy a confesar mi nombre, porque sé que te lo llevarás al infierno, tú no vas a contaminar mi pueblo. Mi nombre es: IdeologÃa -esa misma culpable de las irreconciliables diferencias norte sur que hoy pone a temblar la Tierra.
O te conducen allÃ, textos que juegan a ratos con un concepto que da 1 de Corintios 13 acerca de la preeminencia de un sentimiento humano bastante ajeno al conflicto de marras: "El hechizo también se llama Amor según mis libros, señor. El hechizo de amor subjetivo ilusiona por completo a la conciencia y sabe muy bien ponerse la máscara de una admiración objetiva, contestó el mago real. ¿Y cómo desaparece? preguntó ansioso el rey. No tiene cura ni tratamiento, contestó desconsolado el médico..."
A Quemnonessia también te lleva el juego con la tecnologÃa, cuando en el libro le dan a las emisiones del éter categorÃa de prodigio y ejemplo conductual: "Soy un Televisor, el movimiento cultural más prodigioso y preponderante, respondió el personaje con tono espectacular, como quien se mueve en escena. ¿Qué deseas?, preguntaron nuevamente intrigados los humores. Decir mi discurso sobre el Hombre con un modo perfecto de actuar, con la primacÃa que me precede, dijo el Televisor con prepotencia y petulancia"
Para establecer, en consecuencia, algo que dice el personaje "tele" el modo perfecto de actuar del Hombre está en lo que yo exprese, esta es la Era de la Imagen, del mercado.
O te lleve quizá a Quemnonessia, la originalidad incipiente que se podÃa observar en ciertos niños que estaban en la etapa de una especie de Adán y Eva en los jardines del Edén, sin conciencia de lo que es tener responsabilidad de pareja con hijos que cuidar y mantener; vestirse a la moda; cumplir con un horario de trabajo convencional y ganar un salario...
Hechos todos, que ocurren en cierto idÃlico sitio llamado Quemnonessia... atajo para llegar al cual has de mirarte en el antagónico espejo del desenlace de un final de the end hollywoodense con konec moscovita:
"Un dÃa la doctora Eva se despertó motivada por los grandes logros que impulsan a la voluntad, con la determinación de inscribir al mono Anaid en el Registro Civil de su comunidad y solicitar su cédula de identificación, pues según ella, contaba con cualidades humanas..." José Luis Riverón RodrÃguez
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