El Tabaco Mata

El doctor Nicolás Monardes, afamado médico y botánico de la Sevilla del siglo XVI, recibe una partida de la nueva especie vegetal procedente de las Indias Occidentales, dotada según sus informes de unas propiedades excepcionales. Después de experimentar con ella en un primer ensayo, advierte del peligro de su consumo al originar en los voluntarios unos trastornos mentales que los llevan a la violencia y al asesinato. Como consecuencia, Monardes decide renunciar a tales experimentos y abandona la ciudad, dejando en manos de su socio Juan del Valle todos sus bienes y propiedades, con el deseo que este destruya todo lo que concierne a la planta en cuestión.
Tres siglos más tardes, una serie de crímenes se suceden en la misma ciudad, siendo las más afectadas las mujeres que trabajan como cigarreras en la Real Fábrica de Tabacos. En todos los asesinatos, además de la violencia ejercida, existe un hecho coincidente: las víctimas presentan en su boca una bola de tabaco. Y no hay nadie libre de sospecha: desde el superintendente de la Real Fábrica, hasta cualquiera que ponga los pies en las instalaciones fabriles, incluyendo a las mismas trabajadoras, militares, policías, y un personaje especial encarcelado en la prisión de la fábrica, allí donde solo entrarían los que hurtaban y traficaban de forma ilegal con el tabaco. Y en todo este misterio, dos personajes, descendientes de Monardes y del Valle se vuelven a ver involucrados en lo que la población llama «los crímenes del tabaco».